El resultado de la economía colombiana al cierre de 2023 mostró un deterioro en cifras de crecimiento, con una variación anual de 0,3 % en el PIB trimestral y una tasa de crecimiento consolidada de 0,6% que se encontró incluso por debajo de las proyecciones más conservadoras para el país.

Aunque técnicamente no se habla de recesión, se trata de uno de los desempeños más bajos en la historia reciente, cuyos determinantes van más allá de ajustes cíclicos en el aparato productivo nacional (posteriores a una época de crecimiento particularmente alta en el contexto de reactivación) y se relacionan con un flujo de inversión privada que en los últimos meses viene decreciendo a tasas anuales del orden de -11 % y -14 %, y un consumo que crece a un ritmo progresivamente más bajo. Se trata de una dinámica compleja que afecta la generación de empleo y el proceso de estabilización de las finanzas del Estado.