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El sacerdote que contribuyó en forma admirable al progreso y desarrollo de las poblaciones del Suroeste de Antioquia.
Por las calles de Caramanta, Jardín, Jericó y Pueblorrico camina el recuerdo de un sacerdote amante del progreso y del desarrollo. Colegios, caminos, templos y cementerios, hablan al paso de los años, de una labor pastoral entendida más allá de lo simple, en la que siempre cupo una idea o una iniciativa que, tarde que temprano, desembocaba en una obra para beneficio de la comunidad. Es este el legado del padre Juan Crisóstomo Ospina Londoño, un polifacético personaje que contó con todos los ingredientes típicos de un patriarca, pues combinó su trabajo como empresario de minas y de salados, en el norte de Caldas y en el sur de Antioquia, con los más altos valores cívicos, en los que también asomó una dignidad militar ganada con honores en la temida Guerra de los Mil Días. Investigación periodística: Juan Carlos Luján Sáenz.
27 de diciembre de 1851 – 11 de septiembre de 1914
Salamina, Caldas
Wenceslao Ospina y Mariana Londoño
Dolores Cesarina Tascón de La Roche
Francisco Emilio, Mariana Avelina, Juan Crisóstomo, Leonor de los Dolores, Antonio José y Julio César
Ospina y Compañía Sociedad de Amalgamación de Ancón Sociedad Minera Moreno